Hola, Assal! Me quedé con ganas de hablar contigo aquella vez pero había mucho barullo en el bar, perdona! Te escribo así lo comparto contigo y no se me queda dentro 🙂
Me han transmitido mucho tus dibujos, sobre todo como has sabido identificar esos momentos cotidianos en los que sin querer (o no) nos hacen saber desde dónde nos miran, y que a veces no somos ni conscientes de que están pasando. Algo hace ruido, pero los toleramos, hasta que hacemos click. Para mí, ese momento del click estaba en tus dibujos, en tus manos y en la fuerza que se ve en ellas. En los puños cerrados. En los pantallazos de lo que te había llevado hasta allí. Supongo que lo malo de saber a veces dónde están nuestros límites es que algo nos tiene que haber llevado hasta ellos, y lo bueno puede estar en el valor de reconocerlos, y de poder decirlos, cuestión que tampoco es fácil...
Con esto es con lo que más me quedo de tu charla, Muchas, muchas gracias por compartir tu historia y tu mirada! Un abrazo fuerte!
Hola, Assal!
ReplyDeleteMe quedé con ganas de hablar contigo aquella vez pero había mucho barullo en el bar, perdona!
Te escribo así lo comparto contigo y no se me queda dentro 🙂
Me han transmitido mucho tus dibujos, sobre todo como has sabido identificar esos momentos cotidianos en los que sin querer (o no) nos hacen saber desde dónde nos miran, y que a veces no somos ni conscientes de que están pasando. Algo hace ruido, pero los toleramos, hasta que hacemos click.
Para mí, ese momento del click estaba en tus dibujos, en tus manos y en la fuerza que se ve en ellas. En los puños cerrados. En los pantallazos de lo que te había llevado hasta allí.
Supongo que lo malo de saber a veces dónde están nuestros límites es que algo nos tiene que haber llevado hasta ellos, y lo bueno puede estar en el valor de reconocerlos, y de poder decirlos, cuestión que tampoco es fácil...
Con esto es con lo que más me quedo de tu charla,
Muchas, muchas gracias por compartir tu historia y tu mirada!
Un abrazo fuerte!